miércoles, 21 de mayo de 2014

Vea aquí las entrevistas completas:

Germán Ricaurte, edil de Chapinero

https://www.youtube.com/watch?v=wB8NAA3lD7E&feature=youtu.be

Luis Fernando Tobaín, presidente Asociación de Food Trucks Colombia

Luís Enrique Hernández, presidente Asonacor

GALERÍA DE FOTOS

 'Food Truck Park' en la calle 82 con carrera 13

Los comensales disfrutan de la nueva modalidad Gourmet


Luis Ángel Arroyave, dueño del restaurante rodante 'City Crepes' ubicado en la calle 73 con carrera 13


Hora de almuerzo en 'I love Choripan'. Tanto jóvenes como ejecutivos disfrutan de esta oferta gastronómica. 

'Swedish Garden' es el restaurante de las suecas. Entre sus especialidades tienen tortas típicas del país escandinavo.




Mientras se establece la reglamentación de los Food Trucks, estos pueden comercializar alimentos en zonas privadas y no en la vía pública.


En la noche el nuevo plan está en ir a a comer a los Food Trucks de la Zona T. Hay diversidad de platos para todos los paladares.



El horario de atención del Food Truck Park es desde las 12 del día hasta la media nochelos días viernes, sábado y domingo. 





Los Food Trucks se están implementando en Colombia desde hasce aproximadamente un año y medio. 




Los precios de los 'snacks' ofrecidos en estos puestos de comida están alrededor de $15.000 pesos.




Los restaurantes rodantes afiliados a la Asociación colombiana de Food Trucks tienen la posibilidad de participar en grandes eventos y así aumentar sus ingresos notoriamente.

Los jovenes son los que más disfrutan de este nuevo negocio que llegó de Estados Unidos a Colombia. 
Aunque la regulación para los Food Trucks no es aún clara, en los eventos que organiza AsoFoodTrucks es indispensable cumplir con la normatividad sanitaria vigente.
Rodando sin ley

La otra cara de los Food Trucks

Por: Carolina Tobar Amorocho

Los food Trucks o restaurantes rodantes se han impuesto fuertemente en Bogotá, a los jóvenes los atrae este nuevo negocio. Pero lo que pocos saben es que existe un vacío en la reglamentación de estos camiones.
Food Truck Park de la 85, parqueadero donde se ubican los camiones

En la localidad de Chapinero es en donde la idea emprendedora se ha potencializado más, sobre todo en el norte de esta, ya que allí se encuentran zonas frecuentadas por turistas y jóvenes de clase alta, en busca de diversión. Aunque estos restaurantes son muy novedosos y pareciesen ser un negocio rentable y llamativo, la regulación sobre la manipulación de los alimentos que se producen en estos lugares y sobre el uso del espacio publico está en el limbo. 

El negocio no es tan fácil, no basta solo con conseguir un restaurante rodante y aparcarlo en cualquier calle de Bogotá. Lo cierto es que los Food Trucks no tienen permiso para estacionarse en la vía pública. Sus dueños pueden ser multados con hasta 15 salarios mínimos legales diarios vigentes y el camión puede ser conducido a los patios.

Pero, eso no es todo. A futuro, es probable que los dueños de los restaurantes rodantes, y cualquier vendedor ambulante, deba pagar por el uso de lugares públicos, de acuerdo con lo establecido por el Decreto 456 de 2013, que regula el aprovechamiento económico del espacio público en Bogotá. “Las fórmulas de retribución serán fijadas próximamente. Y se espera que para este año (2014), las entidades distritales tengan (las políticas) definidas”, explica Germán Ricaurte, edil de la localidad de Chapinero. (Vea la entrevista completa a Germán Ricaurte)

Existe una asociación de Food Trucks de la cual pueden hacer parte todos los dueños de restaurantes rodantes. Una de las funciones de esta organización es que quienes hacen parte de ella tiene el privilegio de asistir a eventos organizados por la asociación. En estos encuentros, según Carlos Eduardo Martínez, trabajador del restaurante rodante ‘Choripan’, las ganancias son de alrededor de 3 millones de pesos por jornada.

Quienes desean hacer parte de la Asociación Bogotana de Food Trucks deben regirse por la Resolución 604 de 1993, que reglamenta las condiciones sanitarias de los alimentos que se expenden en la vía pública. El documento pregona, entre otras cosas, que “los manipuladores-vendedores de alimentos callejeros deben recibir capacitación sobre manipulación higiénica de alimentos, a través de cursos con una duración mínima de 12 horas…”.  

Existe una diferencia marcada entre los Food Trucks y los puntos móviles de algún restaurante establecido como por ejemplo las extensiones del reconocido establecimiento ‘Andrés Carne de Res’ llamadas ‘Andrés Express’. Físicamente estas extensiones móviles se ven como un Food Truck o restauratne rodante, pero la reglamentación de estas instituciones es diferente.

Priscila Caballero, jefe de recursos humanos de la cede móvil del restaurante Prego Colombia, explica que su punto rodante tiene un registro Invima, el cual recibió por ser parte de un punto de regulación establecido (la cede principal de Prego Colombia). Los Food Trucks no tienen un sitio adjudicado, por su misma calidad de vehículo rodante, y por lo tanto no es posible programar visitas para que puedan adquirir el registro.

Aunque existen normas que rigen a los Food Trucks y a su vez estos están organizándose para tener al día la reglamentación necesaria para establecerse como restaurantes rodantes, esta aún no es clara. María Cristina Pérez, referente de alimentos claros y seguros de la Secretaría de Salud, afirma que, por lo pronto, deben cumplir lo estipulado por la normatividad sanitaria.

La reglamentación sí es posible

El vacío que existe, en este momento, en la reglamentación para los Food Trucks, se debe principalmente a que este negocio es relativamente nuevo. Según Juan Diego Duarte, uno de los fundadores del restaurante rodante  Tic Tac Taste’,  esto se debe a que el negocio llegó hace aproximadamente un año y medio a Bogotá, y como este modelo de negocio no existía en Colombia, crear toda la normatividad requerida toma bastante tiempo.

Sin embargo, hacer uso del espacio público, cumpliendo con la ley, es posible. Los vendedores ambulantes se encontraban en la misma situación de los restaurantes rodantes hace 35 años, pero en la actualidad cuentan con la posibilidad de hacer parte de la Asociación de Comerciantes Informales, Asonacor. Luis Enrique Hernández, el presidente de la organización afirma que para ser parte del conglomerado solo basta “ querer ser vendedor ambulante, y tener todos los papeles en regla”.

A los vendedores ambulantes que son parte de alguna asociación se les otorga un carnet que les permite trabajar, en un horario y espacio determinado. Estos permisos los confiere la Alcaldía Local respectiva.

Aunque esta actividad se encuentra ya regulada, Hernández explica que la situación es muy cambiante, debido a que en los cambios de Alcaldía y Presidencia se reestructura o ajusta la reglamentación, lo cual puede ser para bien o para mal de los vendedores ambulantes.

De igual manera, los restaurantes rodantes, se encuentran también organizados. El presidente y promotor de la Asociación Bogotana de Food trucks , Luis Fernando Tobaín asegura que por iniciativa propia, los camiones expendedores de comida crearon una organización para pedir los permisos requeridos en la Alcaldía Mayor de Bogotá y así legalizar totalmente su actividad empresarial.  Se estima que en un año estén completamente reglamentados y puedan deambular por las calles de Bogotá, para llevarle a todos los bogotanos este nuevo estilo de comida callejera, ahora gourmet.



Los Food Trucks, nueva tendencia gastronómica

Comida ‘gourmet’ sobre ruedas

Por: Malena Estupiñán Cruz 

Cuando usted piensa en comida callejera, tal vez, podría generarle desconfianza. Pero, ¿Qué pensaría si le contamos que ahora la comida callejera tiene una nueva oferta para su paladar?
                            Los Food Trucks se reúnen en diferentes eventos para ser más visibles.

Los restaurante rodantes, que venden comida gourmet, se han apoderado de las esquinas del norte de Bogotá. Con platos mexicanos, americanos, peruanos y hasta suecos han conquistado el paladar de más de uno.

Para degustar de la nueva tendencia alimenticia, docenas de jóvenes se dan cita los viernes en la noche en el Food Truck Park, un parqueadero en la calle 82 con carrera 13– con seis camiones donde se expenden diferentes tipos de comida. Para Lina Martínez “esta es una idea muy chévere. Las comidas son fuera de lo usual y, además, el sitio está buenísimo porque es cerca de todos los bares. Dan ganas de probar en cada uno (de los restaurantes) a ver qué ofrecen”                                                                                         

Los Food Trucks son un negocio que nació en las ciudades estadounidenses de Nueva York, Los Ángeles y California, a principios del siglo pasado, como resultado de dos importantes acontecimientos: la mezcla cultural de inmigrantes con nativos y el crecimiento de las ciudades. Los dueños de los restaurantes rodantes aprovecharon, entonces, la oportunidad y se dieron a la tarea de preparar y vender comidas de origen extranjero.

Con el tiempo, esta alternativa se fue expandiendo por el mundo entero y hace aproximadamente un año y medio la idea llegó a Colombia. Hoy, hay en Bogotá alrededor de 60 restaurantes rodantes ubicados, la mayoría de ellos, en el norte de la ciudad.
                                                                                                                    
El negocio de los Food Trucks, es muy apetecido por los jóvenes que quieren probar suerte al constituir su propia empresa, y empelarse así por primera vez. Quienes inician en este mundo no son propiamente chefs. Esa es la historia de Luís Ángel Arroyave, un joven capitalino que decidió incursionar en el negocio por la falta de oportunidades en su área de estudio, el Mercadeo y la Publicidad.

En asociación con dos amigos, Luis Ángel invirtió 60 millones de pesos en un camión que remodeló para acondicionarlo como un restaurante rodante en el que vende crepes. Su negocio, City Crepes, resulta tan rentable que aspira recuperar la inversión, y alcanzar el punto de equilibrio, en al menos tres meses; es decir, un año después de haber iniciado las ventas. Y es que las ganancias van de 100 mil pesos, en un ‘mal’ día, a un millón de pesos en una ‘buena’ jornada.

Martina Wharby, una joven sueca, vino a Colombia porque quería “probar algo diferente” y al llegar se enamoró de la gente y sus expresiones culturales. Decidió quedarse y montar junto a una amiga, también del país escandinavo, un restaurante rodante de comida sueca. Martina suma cuatro meses en Colombia y afirma que “su negocio es un buen comienzo para construir una gran marca”.

Aunque los Food Trucks nacen, generalmente, de la iniciativa de algún joven emprendedor, estas iniciativas están formalmente organizadas. El promotor del movimiento y presidente de la Asociación Bogotana de Food Trucks, Luis Fernando Tobaín, cuenta que hace un año, luego de un evento en el que participó con su restaurante rodante, junto a otros cinco dueños de camiones, surgió la idea de crear una organización para “tener alguien con quién hablar, organizar eventos juntos y gestionar los permisos” requeridos ante la Alcaldía Mayor de Bogotá. A la fecha, este grupo cuenta con 27 camiones afiliados.

Envidias en las esquinas

Aunque pareciera que en el negocio de los Food Trucks todo es color de rosa, no lo es. Existen disputas territoriales por el dominio de algunas esquinas para aparcar los restaurantes rodantes. Tal es el caso de Luis Ángel, quien meses atrás decidió probar suerte en la Zona Rosa, pero unas horas después recibió amenazas de muerte por parte de los comerciantes ambulantes del lugar, que vieron tambalear su negocio. Debido a las intimidaciones, el propietario de City Crepes trasladó su camión a una gasolinera, en la calle 73 con carrera 13.  

Algunos de los dueños de los negocios de comida callejera están inconformes con los Food Trucks, pues son una gran competencia, ya que tienen mayores oportunidades al transportarse, dan más confiabilidad a los comensales por su infraestructura y generan utilidades más altas.

Carlos López, vendedor de comidas rápidas por seis años en la calle 85 con 15, cuenta: “se puede estar vendiendo unos 250, 300 mil pesos en una noche y me queda el 40 por ciento de ganancias, pero (para ello) hay que aguantar sol, frío, lluvia. Muchas veces llega la policía a hacer operativos y hay que buscar la manera de salir a correr sin que nos quieten el carro”.  

Por otro lado, López, también asegura que los restaurantes sobre ruedas son una gran amenaza para ellos porque son muy iluminados y llamativos. “Tienen muchas luces y traen música y esas son cosas a las que nosotros no podemos acceder con un puesto pequeño como el que yo tengo”.

Sin embargo, una ventaja que los puestos de comida ambulante pueden tener frente a los Food Trucks es la disponibilidad horaria en la que trabajan. Mientras los primeros trabajan de cuatro de la tarde a cuatro de la mañana, los segundos cierran por tarde a la media noche, y eso, si cuentan con la ventaja de tener establecido su restaurante en algún lugar cerrado como el parqueadero de la Zona T.

Dubán Carvajal, de 17 años de edad, trabaja en un puesto ambulante de comida rápida donde la especialidad es la hamburguesa, afirma que “Aquí a la hora que más se vende es a las tres de la mañana porque todo el mundo sale de los bares con hambre y quiere comer antes de irse para la casa”. 

Jhonattan Nieto, otro de los propietarios de un puesto de comida rápida del sector, dice que por esa zona todos los vendedores de esta modalidad de comida, donde los precios de los productos como los perros calientes o las hamburguesas varían entre 2.500 y 3.000 pesos,  se conocen entre sí, se apoyan y ayudan con los peligros de la noche y son un grupo muy unido.

Germán Ricaurte, Edil de Chapinero es consciente de las riñas territoriales, pero asegura que con la nueva reglamentación, que se consagra en el Decreto 456 de 2013, el cual dicta la regulación del aprovechamiento económico del espacio público, se frenarán, en buena medida, las amenazas y envidias en las esquinas. ( Vea la entrevista completa a German Ricaurte)

Los Food Trucks se seguirán imponiendo fuertemente como comida callejera Gourmet en Bogotá. Los clientes pueden tener la certeza de que cuando consuman comida de estos restaurantes rodantes, estos están calificados para dar la mejor atención.